EL PCE(ml) un Partido condenado a la escisión permanente

 

En el año 2006, resurgió el antiguo Partido Comunista de España (marxista-leninista). Esta vez lo hacia de la mano de los restos del antiguo partido, que se habian refugiado en el colectivo "Octubre" y tres organizaciones surgidas a principios de siglo: una organizacion comunista valenciana (OCPV), una organización catalana (OCC) y un pequeño colectivo castellano (27 septiembre).

De todas ellas la que más vitalidad y facilidad para crecer y extenderse fué la organización valenciano, que además logró consolidar un  nutrido grupo de militantes en la vecina Region Murciana. 

No obstante, desde el principio surgieron diferencias en el seno del nuevo PCE(ml), motivadas por la diferente forma de analizar y actuar en la practica politica  del nucleo original proveniente de "octubre", y los dirigentes valencianos. Tambien afloraron diferencias con los catalanes por cuestiones ideologicas. El resultado de todo ello fué que antes de tres años se habia producido la dimisión de los organos de dirección, y baja en el partido de los principales impulsores de la organización valenciana y el abandono de la organización catalana en bloque.

A partir de aquellos momentos la dirección ideologica y politica del PCE(ml) quedo en manos "de Octubre", que además tambien  habia dirigido el viejo PCE(ml) desde 1964 hasta su autodisolución a principios de los años noventa. Se reprodujo la forma de actuar del antiguo PCE(ml); se inventó unos supuestos enemigos troskystas a los que habia que combatir defendiendo a Stalin; se concedio importancia secundaria a los problemas del pais, y se prestó mucha atención a la politica internacional ; en una extraña muestra de dogmatismo derechista se forzó a que los militantes se incorporaran a CCOO sin ninguna posibilidad de relacionarse con los afiliados sindicales, y se rechazaron todas las inicitivas movilizadoras que no estaban convocadas por los dos sindicatos mayoritarios;  se inicio una campaña interna contra "Corriente Roja" y colectivos politicos similares a los que se les tildó de "radical oportunistas"; se liquidarón los campamentos juveniles de verano y las organizaciones revolucionarias de jovenes que no se declaraban expresamente comunistas y que habian construido los jovenes del Pais Valenciano; los colectivos republicanos como Ciudadanos Por la Republica que habian sido inspirados por el PCE(ml) en los momentos previos a su refundación, y que llegaron a incorporar a numerosas simpatizantes y colaboradores de izquierda, como Marcelino Camacho, Julio Anguita y otras personalidades de izquierda reconocidas, quedó reducido a un minusculo grupo formado unicamente por militantes del partido y sus escasos simpatizantes. En definitiva a los seis años de su refundación el partido no habia crecido, e incluso sus efectivos e influencia habia disminuido en relación a su inicio en el 2006. En las dos unicos lugares donde el partido se habia desarrollado y ampliado era donde se actuaban al margen de la direccíón y en conflicto con ella: La Juventud Comunista (m-l), la Región de Murcia, y relativamente en Huelva y Pais Valenciano.

Las movilizaciones provocadas por la crisis que se dan en España a partir del 2010 (15M, Mareas, 22M) provoca de nuevo la lucha interna dentro del PCE(ml), pues la dirección no queria implicarse en ninguna movilización que no encabezaran los sindicatos mayoritarios, mientras que las juventudes, y la organización de Murcia impulsaron importantes movilizaciónes en unión con otros colectivos sociales y politicos llegandose a un crecimiento importante de "Republicanos" (frente de masas que habia sustituido a "Ciudadanos por la Republica"). El 22 de marzo de 2014, dia en que "las Marchas por la dignidad" confluyen en Madrid con la mayor manifestación de protesta de la historia de España, y  en cuya preparación las organizaciones del PCE(ml) y Republicanos del País Valenciano, Murcia, y la JCE(ml) estaban implicados, la dirección del PCE(ml) convoca una reunión de urgencia a los militantes destacados presentes en la capital para acordar la inclusión de Republicanos en la lista a las elecciones europeas encabezada por el juez Elpidio Silva.

Aquello fué el detonante y dos meses despues la oposición a la dirección del PCE(ml) se hace con la mayoria del Comite Federal en el Congreso de Republicanos. A continuación la dirección responde sancionando a los responsables politicos de la Región de Murcia y Alicante, expresamente por mantener posturas contrarias a ellos en el congreso de Republicanos. Acto seguido, en conjunto de la Organización de Murcia, y la mayoria del Pais Valenciano abandonó el partido, y en Septiembre la JCE(ml) suspende relaciones con el.

A continuación  reproducimos el manifiesto de "Socialismo o Barbarie" ( nombre provisional del colectivo en que se han agrupado los militantes de las provincias de Murcia, Alicante, Valencia, y Castellon que han abandonado el PCE(ml).

     Manifiesto de “SOCIALISMO O BARBARIE”   

Socialismo o barbarie”   ha surgido del interior del PCE (ml), e incorpora  a militantes que con anterioridad  también habían abandonado dicha organización. A partir de estos momentos   abrimos un proceso de debate y practica para la construcción de una alternativa política útil para la construcción del socialismo, al que invitamos a participar a colectivos políticos, sociales y personas que hacen suya la causa por la desaparición de las clases sociales,  la edificación de un mundo sin explotadores ni explotados, y sin opresores ni oprimidos.

Nuestro punto de partida recoge la contribución que a la liberación del género humano supuso el marxismo, y las aportaciones teóricas y prácticos para la emancipación de los trabajadores del periodo histórico abierto con la Revolución Soviética de 1917.

Nos basamos  el materialismo histórico para comprender el carácter de la sociedad en la que vivimos, y la dialéctica marxista como método para el análisis de la realidad existente;  entendemos que el capitalismo es un Modo de Producción basado en la apropiación de trabajo ajeno, al igual que lo fue la sociedad feudal  y la esclavitud y creemos que con el capitalismo se han creado las condiciones materiales que permiten edificar una sociedad sin clases; defendemos los métodos, conceptos y los principios organizativos que en la práctica han demostrado servir para que los trabajadores se acerquen a la edificación de una sociedad sin explotadores ni explotados.  Sostenemos que los estados son instrumentos al servicio de clases sociales, que los trabajadores necesitan posesionarse del aparato del Estado para construir una sociedad sin clases y que un Estado obrero tiene que  defenderse de los intentos de las antiguas clases dominantes para recuperar el poder;  los principios organizativos que aplicaremos es la administración y centralización de la democracia, por oposición al intimidatorio centralismo burocrático; y creemos que el socialismo siempre es reversible cuando el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas no permite la desaparición de las clases sociales, ni suprimir el mercado; es decir si no se ha expulsado la escasez y no hemos entrado en el reino de la abundancia. De la misma forma que todo proceso de construcción del socialismo puede quedar abortado si el nivel de desarrollo de las fuerzas productivas y la organización de los procesos de trabajo facilita la persistencia de la ideología capitalista y con ello el surgimiento de nuevas clases dominantes.

La larga lucha por la Revolución socialista durante el siglo pasado enseñaron a los trabajadores a forjar alianzas con otros clases y sectores que se encuentran explotados y oprimidos por la clase o fracción de clase dominante,  pero solo a condición de que la hegemonía ideológica y política de la clase obrera marque el rumbo y dirección de todo el movimiento unitario, existirán posibilidades reales de que un proceso de lucha acabe con el desplazamiento o derrocamiento del poder político de la vieja clase dominante.

El capitalismo monopolista e imperialista

El capitalismo al desarrollar extraordinariamente las fuerzas productivas  ha reducido a su mínima expresión el trabajo necesario para la producción de mercancías y conseguido tal abundancia de bienes y servicios, que solamente la persistencia de la propiedad privada sobre los medios de producción impide al género humano acabar con la necesidad y disfrutar de los frutos de su obra históricamente conseguida.

El capitalismo tiende a  la concentración de capital en manos de elites cada vez más reducidas que acaban dominando las arterias económicas vitales.  Esto  permite a unas minorías oligárquicas –con la complicidad y colaboración de los gobiernos- suprimir la ley de oferta y demanda en sectores estratégicos  y  gravar con un impuesto extra  los bienes y servicios necesarios para los trabajadores, las clases populares y la sociedad en general.

Las fuerzas internas que obligan al capitalismo a la búsqueda incesante de beneficios le empujan a  disputas y guerras por el control de los recursos naturales y fuentes de energía en todo el Planeta, lo que provoca la aplicación de un nuevo imperialismo a caballo entre el proteccionismo, el  dominio directo sobre naciones, el saqueo a países mediante la manipulación de los precios de productos básicos, y la utilización del capital financiero para encadenar  y extorsionar a los pueblos. 

Estallada la crisis económica, las oligarquías  -fracciones de clase capitalista más lograda hasta el momento- intentan mantener los beneficios empresariales  atacando los salarios directos mediante el mantenimiento de un ejército de parados que obliga a aceptar bajos sueldos y condiciones de trabajo deprimentes –especialmente a los jóvenes- y recortando los salarios indirectos percibidos en forma de prestaciones sociales, educación, sanidad, jubilación.

En este marco del capitalismo mundial, la crisis económica se ha mostrado especialmente grave en el Estado español debido al deficiente tejido industrial –una parte muy importante del mismo en manos del capital extranjero-, y la preferencia de la oligarquía española por desviar sus capitales hacia la inversión en sectores estratégicos Latinoamericanos , y bolsas  especulativas en Europa y EEUU.

La  respuesta de los sectores populares y reacción de la oligarquía en El Estado Español.

En los tres últimos años, los trabajadores, y sectores y las clases populares han demostrado que no están dispuestos a aceptar el retroceso permanente de las condiciones de vida y trabajo. Partiendo de  iniciales protestas y movilizaciones ante problemas concretos y frente a los recortes - se ha llegado a entender que solamente desalojando a la oligarquía española del poder político se podrán poner las primeras piedras para la construcción de una sociedad que camine hacia la desaparición de la desigualdad.  Así, la aspiración a la Unidad Popular, y  la caída del régimen oligárquico identificado  con la monarquía, son ya los objetivos de la mayor manifestación de la historia el 22 de marzo, organizada por las Marchas de la Dignidad.

Por su parte la oligarquía, de la mano del PP intenta frenar  la creciente protesta popular, combinando las medidas represivas, con una campaña publicitaria que intenta hacer creer que el aumento de beneficios para las grandes fortunas enriquece al pueblo, y con un sofisticado intento mediático de reconducir el deseo de cambio social, desde la lucha en la calle hacia el  terreno de las confrontaciones electorales.  Una parte muy importante de la oligarquía trata de institucionalizar la protesta dentro del marco de la Constitución del  78 para renovar y validar la monarquía, y asegurarse su permanencia en el poder

La construcción de la Unidad Popular

Entendemos la Unidad Popular como la formación de un gran movimiento unitario, de base, movilizado y movilizador en lucha por la igualdad y libertad, que incorpora a movimientos sociales, partidos políticos revolucionarios y transformadores, junto con sectores y clases sociales populares no organizadas políticamente.  Creemos que la Unidad Popular solo podrá ser completa si lleva “la democracia hasta sus últimas consecuencias”, y se constituye en contrapoder con el peso suficiente para fiscalizar, controlar y marcar la actuación de cualquier gobierno.

La consecución de la Unidad Popular -que no es un proceso lineal- puede desarrollarse a partir de un proceso electoral, o bien este último puede ser la consecuencia y expresión de la Unidad Popular. Pero en cualquier caso el elemento principal es la movilización, el protagonismo social, popular y de base.  De la misma forma, la UP puede dar lugar a un movimiento insurreccional, o bien que este último puede facilitar las condiciones para el desarrollo de la Unidad Popular.

Dado que en España la concentración del poder económico y político en una oligarquía minoritaria no se produce como evolución natural del capitalismo, sino que se anticipa a finales del siglo XIX en un país semifeudal  como consecuencia del pacto entre los sectores terratenientes, feudales y alta burguesía financiera bajo forma de gobierno monárquico, la Republica sigue siendo la seña de identidad de la oposición al poder de la oligarquía. Arrebatar el poder a la Oligarquía lleva implícita la caída de su forma de gobierno monárquico; pero la caída de la monarquía no tiene porque representar necesariamente el desplazamiento del poder político de la oligarquía. Es por ello que el republicanismo nostálgico, desvinculado del carácter de clase que hacen ostentación algunos partidos, solo se mantiene en la superficie de los problemas y no sirve para señalar el contenido, que es la existencia de una oligarquía.

En lo inmediato entendemos que la construcción de la Unidad Popular pasa por la formación de un amplio frente unitario alternativo, de izquierdas y popular que agrupando a organizaciones políticas, sociales y ciudadanas, se comprometan a trasladar a los sectores populares  la toma de decisiones en lo referente a la confección de listas, métodos  y programas  en todo lo referente a las próximas confrontaciones electorales.  Pero a la vez creemos que cualquier alternativa electoral que exprese el descontento social, debe estar sostenida por la movilización y lucha en las plazas y calles. En ese sentido creemos conveniente que movimientos sociales como el 22M sean impulsores de un amplio bloque unitario de izquierdas, alternativo, y popular, y a la inversa trabajaremos porque que dicho bloque electoral impulse la movilización y la protesta en las calles.