Entre sapos y ranas España parece una ciénaga

Está claro, sapos y las ranas valen para todo. Esperanza  Aguirre, cada vez que corría la lista, y a su nuevo delfín se  le seguía la pista, decía que le había “salido rana”.  Tantas ranas salieron, que al Gobierno del Partido Popular se  comieron. Ahora, ya no salen ranas, pero el sapo es la salvación contra el descredito por colaboración. Si el Partido Popular  de ranas se pobló, Podemos en dos meses de sapos se atragantó.  El caso es que, entre ranas, y sapos, y sapos y ranas,  esto es una ciénaga.  Tanto huele esa charca visitada por el mata elefantes y su manada, que entrar en el Gobierno, de momento, es una gran cagada.

Por más tesón que se ponga en el empeño, arreglar lo de Billy el niño parece sueño. Más duro es el nuevo sapo a la vista, porque el rey es el autentico y verdadero feminista. En consecuencia: en el mercadillo de ocasiones se regatea con  leyes para tapar las comisiones.  Como dijo Churchil : “si quieres que algo no prospere, haz que lo estudie un comité”

Espero que la gente entienda que si hablo  raro y parezco lelo, es porque no soy Willy Toledo, al que alguien con toga, casi lo cuelga de una soga.                                                             ---------------------------------------

Podemos ha metido a los sectores populares en un lio, tan lio es, que podemos acabar con un Gobierno de extrema derecha. Con lo fácil, que hubiera sido apoyar a Pedro Sánchez para impedir el avance de la derecha a cambio de los llevados y traídos 950 euros de salario mínimo, o quizás más cosas, y mantener las manos libres para presionar; no ya en una dirección revolucionaria, sino simplemente reformista. Pero no, había que optar por un posibilismo de estrechas miras que apuntala una monarquía aguada por todas partes desde hace años. Había que arriesgarse a desmoralizar a sectores populares, que en grados diferentes de compromiso, entrega, y esperanza estaban dispuestos a apoyar una empresa indefinidamente transformadora, pero transformadora a fin de cuentas. El caso es que el primer gran problema ha surgido por las comisiones reales, la tarifa de Corina y las cuentas en Suiza. Como es normal, el PSOE se aleja espantado de todo aquello que sacude la monarquía bajo la que se cobija la minoría oligárquica. Por tanto, nunca jamás (incluso teniendo una base mayoritariamente republicana) dará un paso que ponga en peligro la monarquía. Antes prefieren convocar nuevas elecciones.

Por tanto si se diluye el asunto del cobro de comisiones de Arabia Saudita a Juan Carlos I, el prestigio de Podemos acabará tocado; y si en un arranque de dignidad se plantea una crisis por este asunto, la infalibilidad de Pablo Iglesias resultará truncada. A no ser que la crisis sea acompañada de un llamamiento de Unidas-Podemos a la presión popular y ciudadana  en forma de pulso directo al PSOE, y a la oligarquía, que podría acabar con la misma monarquía, y su Constitución. Pero creo que Podemos no se atreverá a dar ese paso, y llevará todo el asunto entre bambalinas y  aislar al “no meritos”, para que no sea contaminado por el “emérito”. Como si todos estos temas no tuvieran un mismo foco, y se pudieran aislar llamas  del mismo fuego.

Lo normal, es que un partido realmente comprometido con la transformación social, y verdaderamente vinculado al pueblo, en la situación creada por el asunto de Corina  le plantara un pulso, no al PSOE, sino al sistema del 78. Si no lo hace, a medio plazo Podemos estará amortizado, incluso como instrumento activo para la reforma del capitalismo, y si subsiste será como placebo, u opción de consuelo, ante la ausencia de algo mejor.

El 9 de mayo hay una consulta sobre monarquía o República en todo el Estado. ¿Se implicará Podemos en ella?