Sobre el Capital del siglo XXI de Thomás Piketty

Por José Avilés-

El gran debate abierto en torno al libro de Thomas Piketty: El capital en el siglo XXI, hace que este trabajo no pase desapercibido. De hecho, su importancia, más que la concreción de propuestas, es la apertura de una gran discusión teórica en torno a la desigualdad. La obra de Thomas Piketty ha sido recibida con desigual aceptación, pero nadie se ha mantenido indiferente; hay quien equipara su importancia a El Capital de Carlos Marx.

Para mí, el punto de partida del Capital en el siglo XXI es la aceptación del sistema capitalista, al que hay que reformar para evitar que sus excesos acaben con él. La tesis no es nueva, pero sí que lo es el enfoque estadístico, además de original que le dá Thomás Piketty. Los principales aspectos a destacar del Capital en el siglo XXI,  son:

1) Para Piketti, el capitalismo no es una forma históricamente concreta de producción, distribución y consumo -como lo son también el esclavismo y el feudalismo-, sino que es la “forma natural” en que los seres humanos se organizan socialmente. Para él, solo hay diferencias cuantitativas, pero no cualitativas entre las diferentes formas de organización social: sociedad tributaria, esclavismo, feudalismo, y capitalismo. Piketty desconoce la relación directa que existe entre las relaciones de producción (forma en la que las personas organizan la producción, la distribución y el consumo) y el desarrollo de las fuerzas productivas (el grado de desarrollo técnico y científico). Añadiremos a lo anterior que, eso se expresa en una forma diferente de organizar los procesos de trabajo en cada modo de producción; e incluso  dentro del mismo modo de producción, en función del grado de desarrollo técnico alcanzado en cada periodo, o época histórica.

2) Piketti ignora que la manera en que las personas organizan el trabajo, la producción, la distribución y el consumo tiene una influencia directa en la formación de la superestructura ideológica, normativa judicial, legal, o estatal. En definitiva, la base económica, y la forma en que está organizada la producción, la distribución y el consumo condiciona el sistema de valores, una percepción concreta del bien y el mal, y de lo que es socialmente aceptable, o no lo es.

3) En consecuencia, en línea con los postulados tradicionales de la economía pro-capitalista, Piketty entiende que, la sola existencia de un título de propiedad proporciona el derecho natural a participar en la riqueza socialmente creada. No cae en la cuenta que el reconocimiento legal de la propiedad sobre parte de la naturaleza (virgen o transformada), o sobre cualquier factor relacionado con la producción, no es el reconocimiento de ningún derecho natural inherente a la especie humana, sino el resultado de determinadas y concretas relaciones sociales. El derecho a la propiedad es el resultado de decisiones políticas. De hecho, el mismo concepto de propiedad ha cambiado históricamente a través de los siglos. Por ejemplo, en el mundo feudal existían distintas formas de dominio sobre la tierra. Eso cae fuera de la compresión de Piketty

4) Piketty, al contrario que el discurso hueco de los nuevos movimientos políticos post-modernos, que ocultan la existencia de clases al grito de “hacer más justa la sociedad redistribuyendo la riqueza”, no niega la existencia de las clases sociales, ni la esconde bajo eufemismos como: “arriba o de abajo”, la casta”, “gente”, “ciudadanía”. Sin embargo se mantiene en la apariencia de las cosas, como la mayoría de los economistas burgueses; ya sean neoliberales o keynesianos. Efectivamente, para Piketty, las clases sociales están determinadas grosso modo por la renta que reciben grandes grupos de personas agrupados en tramos de ingresos diferentes (por lo general en deciles y centiles). No tiene en cuenta la formulación leninista de que las clases sociales son grandes grupos de personas caracterizados por el lugar que cada uno de estos grupos ocupa en una producción social. Este lugar determina, a la vez, el ingreso o renta recibida por cada uno. Es la clase social a la que se pertenece quien determina grosso modo la renta, no es la renta quien determina a la clase social.

Pero esta inversión no es por casualidad, es la consecuencia lógica de no reconocer que, en última instancia, el valor de los productos depende del tiempo de trabajo social que acumula, y que la existencia de clases sociales se fundamenta en la apropiación por una minoría, de parte de los frutos del trabajo, que ha producido una mayoría de personas. Si no fuera así, no se explicaría la existencia de clases sociales, ni de la desigualdad, ni del beneficio empresarial capitalista. La esclavitud fue posible porque el esclavo producía más que consumía; el feudalismo porque el siervo entregaba parte de la cosecha al señor, o trabajaba gratuitamente en sus tierras unos días a la semana, y el beneficio empresarial capitalista es posible porque, en su conjunto, los trabajadores producen más valor que reciben en concepto de salario, y porque en el capitalismo monopolista-oligopolista, el control de los productos y mercados hace que la sociedad contribuya con un gravamen extra al mantenimiento de la bolsa común de beneficios del capital. Bolsa común que es repartida porcentualmente entre diferentes capitales productivos, financieros o especulativos en los mercados bursátiles, no en función de lo que cada empresa capitalista, directamente, ha extraído de sus trabajadores, sino en base un porcentaje medio por el capital invertido. Es por tanto, la forma dominante en la que se produce la apropiación de trabajo ajeno la que caracteriza cada etapa histórica. El trabajo asalariado, la explotación tributaria y el pago en especie existieron durante la etapa esclavista, pero no eran ni política ni económicamente dominantes. La esclavitud y formas productivas capitalistas existieron durante el feudalismo sin ser hegemónicas; e igualmente la esclavitud y el pago de parte de la cosecha acompañaron al capitalismo sin ser tampoco hegemónicas. Pero, como ya hemos dicho, la forma concreta dominante en que se produce la apropiación de trabajo ajeno (explotación) en el modo de producción capitalista, es el trabajo asalariado.

5) Pues bien, partiendo de esas carencias conceptuales, Piketty aborda un trabajo minucioso sobre la desigualdad en las rentas y las causas que la provocan. Nuestro autor, -que como hemos dicho, cree que la propiedad concede el derecho a participar en la riqueza social producida-, considera que no hay una frontera entre capital invertido en la producción, y lo que él llama patrimonio, (aunque este inactivo, sea improductivo, o se guarde como tesoro) Para Piketty, como para el resto de la economía oficial, todos son “activos” patrimoniales que deben aportar un beneficio a su propietario. Por eso considera que patrimonio es igual a capital, que utiliza de forma “intercambiable, y que está compuesto por “ los activos no financieros (viviendas, terrenos, fondos de comercio, edificios, maquinas, equipamientos, patentes, y otros activos profesionales directamente poseídos) y los activos financieros (cuentas bancarias, planes de ahorro, obligaciones, acciones y otras participaciones en sociedades, inversiones financieras de toda clase, contratos de seguros de vida, fondos de pensión etc.). Restando a lo anterior los pasivos financieros (es decir todas las deudas), para dar lugar a lo que el considera el patrimonio de un país.

Pikettiy entiende que Patrimonio nacional está compuesto por el patrimonio privado + patrimonio público. Pero reconoce que “el patrimonio público es extremadamente escaso en la mayoría de los países capitalistas desarrollados (o incluso negativo cuando la deuda pública supera los activos públicos).” A partir de ello, Piketty establece una relación entre el capital o “patrimonio nacional” acumulado de un país y la renta anual producida; o dicho en sus palabras: “la cantidad de riqueza producida y distribuida en el curso de un periodo determinado (generalmente se escoge un año como periodo de referencia. De esta forma entiende que entre el capital acumulado de un país y la renta anual se estable una relación que tiene como resultado “la ratio capital/renta, a la que llama (“B”). De lo que se desprende que el capital acumulado de un país es igual a varios años de renta (que podemos interpretar por riqueza producida). Esta ratio (“B”) multiplicado por “r” (o tasa media de rendimiento del capital), es igual a “a” (o participación del capital en la renta anual producida). Por ejemplo si el patrimonio nacional dividido por la producción anual es igual a seis años, y la tasa de rendimiento del capital “r” es igual al cinco por ciento, entonces “a” (o participación del capital en la renta producida será igual a 6x5= 30%. Es decir, según Piketty, el simple el hecho jurídico de la propiedad, produce el 30% de participación en la renta anual producida en un país.

Con esa fórmula (a = r. B) inicia una exploración estadística demostrando que en los principales países capitalistas (Reino Unido, Francia, Alemania y EEUU), el cambio de algunos de esos factores se traduce en aumento o disminución de la desigualdad, y en un mayor o menor porcentaje de participación del capital en la renta anual producida en un año. Por ejemplo: manteniendo la misma tasa de rendimiento del capital, “r”, un aumento de la producción anual, sin aumentar el patrimonio nacional, da lugar a una ratio “B” de menos años, (ya que el patrimonio acumulado se divide por un importe más alto de produccíon anual). Lo que se traduce en una menor participación del capital en la renta anual (menores beneficios para el capital); y a la inversa, un aumento del capital (o patrimonio nacional) con la misma producción anual, se refleja en el aumento de la participación del capital en la renta anual y un crecimiento de la desigualdad. Análogamente un aumento del rendimiento del capital (“r”), si el resto de los factores no cambian, produce un aumento de la desigualdad y de la participación del capital en la renta anual producida.

El Capital del siglo XXI de Thomas Piketty. (segunda parte)

José Avilés

Como explicación de las causas que hacen aumentar el patrimonio acumulado en un pais, Piketty dice que,  el crecimiento de la producción de un año a otro se refleja también en un porcentaje “g” (por ejemplo; 0,5% 1,5%, 2%, 3%, 5%..), y que relacionado este crecimiento con el porcentaje de ahorro “s” sobre la renta anual producida, da lugar a s>g, o al revés. Esa relación determina si a través del ahorro crece, o no crece el patrimonio nacional acumulado.

En concreto, si el ahorro “s” es mayor que la tasa de crecimiento de la producción anual, se produce un aumento del capital acumulado, proporcionalmente mayor que el incremento de la producción. Lo  que repercute en aumento de las desigualdades. En definitiva, habla de los efectos que sobre las desigualdades tiene el que se ahorre más o menos en relación al crecimiento de la producción.

Tomando esas formulas como clave, va aportando series estadísticas para demostrar que el crecimiento “g” (aumento de la producción) fue pequeño hasta el siglo XX, mientras que el ahorro “s” fue grande, lo que dio lugar a un crecimiento desmesurado del capital y a una tremenda desigualdad social, hasta después de la I Guerra Mundial; periodo en el que se redujo la acumulación de capital. Y a la inversa, Piketty saca la conclusión de que el desarrollo del "estado del bienestar" desde 1950 a principios de los años ochenta del siglo pasado, tiene una relación directa con que la tasa de crecimiento anual, (superior al 3%) fue mayor que el porcentaje de ahorro sobre esa producción anual. Por el contrario, la reacción ultraconservadora desde 1980 hasta el momento, se asienta en unas tasas de crecimiento notablemente inferiores (en torno al 1,5% anual), y unas tasas de ahorro y acumulación de capital superiores a las precedentes. De ello la acentuación de la desigualdad salarial y patrimonial durante los últimos años del siglo XX, y principios del XXI.

Sobre las anteriores consideraciones, ni siquiera llega a proponer un avance moderado hacia la supresión del capitalismo, sino que, convencido de que el capitalismo no es  una fase en la historia de la humanidad, sugiere como conveniente, para frenar el crecimiento de la desigualdad, una política económica que grave las rentas salariales más altas, los beneficios empresariales exagerados, un impuesto para el capital, el control sobre los recursos naturales como el petróleo, el uso de la informática para impedir que las grandes fortunas eludan la imposición, y una seria de medidas sociales que contribuyan a paliar la desigualdad.

 En la investigación de Piketty, aparece como grupo social, más o menos definido, los altos ejecutivos con salarios escandalosamente altos, de los que habló Galbraith, hace varias décadas, y el reconocimiento de que en la cúspide social, las mayores rentas, tienen su origen en la desigualdad sobre los patrimonios. De la misma forma, califica de avance contra la desigualdad la existencia de una franja de “clase media patrimonial”, compuesta por un 40% de la población que tiene como “activo” un patrimonio medio del 30% del total nacional. "Clase media" cuyo patrimonio se compone en su mayoría por viviendas. Naturalmente para él, estas viviendas no son mayoritariamente bienes de consumo duradero, sino que solo forman parte del capital del país; al igual que el invertido en el sector productivo. Y por tanto, como todo patrimonio (que confunde con capital) debe dar un beneficio. Aunque también reconoce que el 50% de la población de los países estudiados solo dispone del 5% del "patrimonio" total; mientras que el 10%, en el que se concentran las rentas más altas, se reparte el 65% del "patrimonio" en forma de capital productivo, o improductivo, financiero, terrenos, solares e inmuebles.

Las propuestas de Pikkety, que a mi juicio recoge, en muchos aspectos, la ingenua confianza en las bondades del capitalismo, no aborda la línea de investigación que se podria desprender perfectamente de su misma aportación de datos, para lanzar una hipótesis coherente. Esta, a pesar de la falta una demostración minuciosa soportada por estadísticas completas, podria formularse a la espera de mayor perfeccionamiento. Y podría consistir en lo siguiente: El cambio de orientación del capitalismo a partir de los años ochenta del siglo pasado, es consecuencia de la tendencia a la caída de la tasa de beneficios del capital, después de un periodo de rápido crecimiento y su correspondiente aumento del peso de la inversión en capital fijo en relación al invertido en salarios; lo que propició un aumento de la productividad, una bajada relativa de los precios de los productos de consumo, un mejoramiento del nivel de vida, pero también un empuje hacia abajo de la tasa de beneficios por el capital invertido. Como reacción, eso hizo desplazarse a los capitales acumulados hacia la inversión en capital financiero y especulativo. Hay que recordar que las inversiones en capital financiero le disputan al capital productivo el reparto de los beneficios conseguidos en la economía productiva (en la bolsa común de beneficios del capital), y que como el mismo Piketty dice, los capitales financieros y productivos se encuentran hoy invertidos a partes iguales. Pues bien, si se ha producido una contracción de la inversión en capital productivo, debido a la tendencia a la baja de beneficios, y un incremento de la inversión en capital financiero, es lógico que se haya traducido en un mayor crecimiento de la suma total de ambos capitales invertidos, que se disputan una menor tasa de crecimiento economico. Esa es, en última instancia, la causa del aumento de la pobreza, de los bajos salarios, y del empeoramiento general de las condiciones de vida y trabajo. Esa tendencia, creemos que se acentuará en los próximos años, (tambien lo cree Piketty), haciendo que la simple conservación de las conquistas sociales conseguidas en los años cincuenta-setenta del siglo pasado, sean en muchos aspectos, incompatibles con la supervivencia del capitalismo. Este ha entrado ya en un periodo de descomposición, que pudiendo durar siglos, acentuará la desigualdad y la explotación, si no surge una alternativa política y económica para su sustitución.

Y ya por último, diremos que la critica que hace a Marx, demuestra que su conocimiento del marxismo es superficial. De hecho Marx, presentó la tendencia a la caída de la tasa de ganancia del capital, solo como eso; como una tendencia que podía ser contrarrestada con otra serie de factores; todo dependía de la forma en que se combinaran. Entre otras causas, Marx señalaba el crecimiento de los monopolios, y el aumento de la productividad. Por otra parte, en Piketty aparece una crítica a Marx porque, este último sostiene, que el sentido del capitalismo, como sistema economico, es la consecución de beneficios indefinidamente. Y efectivamente, sin ellos el capitalismo dejaría de ser capitalismo. Posiblemente no será socialismo a imagen y semejanza de los intentos de abolir las clases en el siglo XX; pero seguro, que no será capitalismo, y por lo menos de momento, se llamara socialismo.